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El Ruiseñor De América - Episodio 002
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El Ruiseñor De América - Episodio 002
por rafa Mar Abr 28, 2015 5:47 pm
La siguiente es una Foronovela inspirada en la obra, música y algunos aspectos de la vida del cantante Ecuatoriano Julio Jaramillo, siendo modificados momentos y fechas para enriquecer la historia y moldearla al genero de foronovelas.
-Pantaleón: ¡Dios mío! Son los picaros… ¡Los niños!
-Pepe ¡JULIOOO!
Los Picaros, un grupo guerrillero toma la ciudad, peleando contra el ejército de Guayaquil.
Los picaros quieren que el gobierno de Ecuador cedan las tierras cerca del océano Pacifico para Perú.
-Pepe (En medio de la balacera): ¡Julioooooooooooo!
-Pantaleón (Tomando a Pepe): ¡Guarda silencio! (Gritándole a Julio): ¡Échate al suelo! ¡Échate!
-Julio (Tirándose al suelo): ahhhhhhhh
Los picaros se van y los chicos se salvan de una tragedia.
-Pantaleón (Reprendiendo a Julio): ¡No vuelvas a hacerme esto! ¡No quiero perder otro hijo!
-Julio: Si papá,… perdóname.
-Pepe: ¿Estas bien?... Julio… ¡Como se te ocurre salirte así a la calle! ¿No ves los peligros? ¡Me tienes cabreado! (Cabreado es Enojado)
-Julio: Ya no te cabrees más, más bien entremos al hospital.
-Pantaleón (Triste): más bien acompáñenme a la capilla, a hablar con el sacerdote para el funeral y sepelio de Daniela.
Int. / Capilla, sala comunal / día
Pantaleón dialoga con el sacerdote, mientras Pepe y Julio escuchan tras la puerta.
-Pantaleón: Pero… ¿Cómo así que no puede dejar que entierre a mi hija en el cementerio central? ¡Patucho!
-Sacerdote: No hay necesidad de que me ofenda… no tiene por qué burlarse de mi estatura… ¡Respete a los hijos de Dios! (Patucho significa enano)
-Pantaleón: No me burlo, es la verdad, y es poco a lo que se merece que le diga… (Llorando) ¿Acaso no ve mi sufrimiento?... ¡Le estoy diciendo que conseguiré trabajo para pagarle después los gastos fúnebres y el ataúd! ¡Y poderla enterrar en el cementerio! ¡Por favor!
-Sacerdote: Un anciano que no tiene ni para calzar a su hijo no tiene moral ni derecho para pedirme algo fiado.
-Pantaleón: Usted no parece un sacerdote… ¡Es solo una niña! ¡Es solo un bebé!
-Sacerdote: Por eso mismo, porque más bien no la tira en la cloaca donde nació
-Pantaleón (Cabreado): ¡Venga acá! (Agarrándolo del cuello) ¡REPITA LO QUE DIJO! ¡REPITALO!
Julio y Pepe entran a detener a su padre.
-Julio: ¡Papá! ¡Suéltalo! ¡Es un sacerdote!
-Pepe: Suéltalo, papá.
-Pantaleón (Soltando al sacerdote): ¡Se acordara de mí al decirle que el mismo Dios, el mismo Dios del cielo le tomará cuenta de esto que acaba de hacer! (Se va con sus hijos)
GUAYAQUIL – NOCHE
Sin otra alternativa, Pantaleón sepulta a su hija en el patio de su casa, ante la mirada triste de Apolonia, Pepe y Julio. Apolonia no desaprovecha ninguna oportunidad para culpar a su hijo mientras Pantaleón no está. Pantaleón se encuentra en su habitación.
En el patio…
-Apolonia: ¿Qué haces ahí?... levántate Julio.
-Julio (Levantándose): Estaba orando por el alma de Danielita…
-Apolonia: Eso quiere decir que tu asquerosa conciencia te está atormentando
-Pepe (Asombrado por las palabras de Apolonia): ¿Mamá? ¿Por qué le dices esas palabras a Julio?
-Apolonia: Tu tranquilo Pepe, tu aun sigues en el camino del bien.
-Julio: Mejor voy con mi padre…
-Apolonia: ¡Hazlo! ¡Vete! ¡Él te acolita todo! ¡Vamos a ver si él puede hacer que Dios te perdone por la muerte de Daniela!
-Julio: ¡Yo no soy culpable de la muerte de Daniela!
-Apolonia: ¡No me alces la voz! Si no fuera por esos zapatos fuéramos comprado la medicina que necesitaba mi hija… ¡Y para colmo cambias los zapatos por unas entradas a ver a Gardel que ahora debe estar revolcándose en el infierno como se merece por inducir a niños como tú a esa oscura música!
-Julio (Gritos): ¡Ah! ¡No aguanto más! (Tratando de irse)
En eso Pantaleón con guitarra en mano entra al patio…
-Apolonia: ¡No puede ser! ¡Sacaste esa guitarra de donde la había escondido!
-Pantaleón: Es mi guitarra y puedo hacer lo que quiera con ella.
-Apolonia: ¿Ven lo que digo?... ¡La música es para rebeldes! ¡Lo demostraste tratando de esa manera al sacerdote!
-Pantaleón: Déjame en paz Apolonia… ¡Tocaré para mi hija!
-Apolonia: ¡No te atrevas! ¡No lo voy a permitir!
Pantaleón se sienta al lado de la tumba de Daniela, y mientras afina la guitarra invita a Pepe y a Julio a sentarse a su lado,… Julio va sin titubear pero Pepe retrocede ante la fulminante mirada de Apolonia.
-Apolonia (A Pepe): Entremos, Pepe,… déjalos solos.
-Pepe (Confundido): ¿Por qué? Mamá
-Apolonia: Espero que tú no me decepciones y te conviertas en un gran abogado, ingeniero o político… ese es el futuro de cualquier niño de este país, porque la música solo es para vagos y rebeldes…
-Pepe: ¿Tú crees eso?
-Apolonia: Claro,… o dime el primer músico y cantante ecuatoriano que sea alguien en el mundo…
-Pepe: Eh… eh…
-Apolonia: ¿Ves? Mejor encendamos las velas, sabes que somos provincianos, no tenemos para pagar energía electrica (Entrando con Pepe a la casa)
-Pantaleón (llorando): Te sabes “Espérame en el cielo” de Pedro Vargas.
- Julio: Si, papá.
-Pantaleón: Entonémosla para tu hermanita, que ahora en el cielo.
-Julio: Vamos.
-Pantaleón (Iniciando los acordes): Para ti mi Daniela, te me fuiste temprano y (A Julio), Julio, hijo mío, le ruego a Dios que tú nunca sufras un dolor así.
Ambos comienzan a entonar la canción y Pantaleón tocando la guitarra.
-Pantaleón: Espérame en el cielo corazón, si es que te vas primero… espérame que pronto yo me iré allí donde tu estés. ♫ ♫ ♫
-Julio: Espérame en el cielo corazón, si es que te vas primero… espérame que pronto yo me iré para empezar de nuevo. ♪ ♪ ♪
-Pantaleón: Nuestro amor es tan grande y tan grande que nunca termina ♪ ♪
-Julio: Y esta vida es tan corta y no basta… para nuestro idilio… ♫ ♫ ♫ (Dejando de cantar atragantado por el llanto)
-Pantaleón: Por eso yo te pido una vez más, me esperes en el cielo… y allí entre nubes de algodón haremos nuestro nido… espérame en el cielo… ♫ ♫ ♫ corazooooooooon ♪ ♪ ♪ (Rompiendo en llanto)
-Julio: Entremos Papá, se aproxima la lluvia.
-Pantaleón: Entra si quieres… seguiré un rato más aquí… vamos, entra que ya se vino la lluvia.
-Julio: No me iré sin ti (Abrazando a su padre)
Pantaleón continua cantando mientras la lluvia moja todo a su paso.
Dos semanas después…
Int. / casa de Pantaleón / día
Alguien toca a la puerta…
-Pantaleón (Abriendo la puerta): ¿Hola?... ah, es usted, profesora.
Efectivamente es Lucínda, maestra de Julio, acompañada de su hija Odalína, de la misma edad de Julio.
-Lucínda: Que tal, señor Jaramillo (Estrechando la mano hacia Pantaleón)
-Pantaleón (Besando la mano de Lucínda): ¿Cómo está señora Lucínda?
-Lucínda: Usted siempre tan caballero…
-Pantaleón: Muchas gracias… aunque creo saber el motivo de su presencia en mi casa.
-Lucínda: así es, es sobre Julio, lleva días sin ir a la escuela, ¿Aun es por los zapatos?
-Odalína: mama, vámonos de aquí… ¡Huele feo!
-Lucínda: ¡Odalína!
-Pantaleón: Si, por los zapatos, y él dice que en la escuela se burlan de él… ¡No quiere volver!
-Julio (Saliendo de su habitación): ¿Profesora?... (Mirando a Odalína) ¿Y esta creída quién es?
-Odalína: ¿Creída?
-Lucínda: Es mi hija, Odalína…
-Julio: ¿Odalína?... que nombre…
-Odalína: Mamá, ¡ese niño me molesta!
-Lucínda: Bueno, señor Jaramillo, solo quería informarle que puedo ayudarle a conseguir trabajo… mi padre fabrica cruces para las tumbas,… cuando quiera puede venir a la escuela y le cuento con más detalle (Se va con su hija)
-Pantaleón: Julio, espérame aquí, te tengo una sorpresa.
-Julio: ¿Una sorpresa?... ¿Para mí?
Pantaleón entra a su cuarto y encuentra a Apolonia…
-Pantaleón: Oye, Apolonia… ¿Has visto mi guitarra?... siempre la dejo aquí en esta mesita…
-Apolonia: No… no la he visto…
-Pantaleón: Umm, no te creo… ¡La escondiste nuevamente!
-Apolonia (Entregándole la guitarra): ¿Qué vas a hacer con ella? ¡La vas a botar por fin!
-Pantaleón: Se la voy a regalar a Julio… sabes que le gusta la música.
-Apolonia (Risas): Pero si regalársela a Julio es lo mismo o incluso peor que tirarla a la basura… ¿No ves lo que hizo con los zapatos?
-Pantaleón: Esta guitarra es muy valiosa para mí, la tengo desde mi juventud…
-Apolonia: Y con ella fracasaste también…
-Pantaleón: Ese no es el punto. El punto es que esta guitarra es mi vida, y él lo sabe, no creo que el haga lo mismo que con los zapatos.
-Apolonia: No quiero que le regales la guitarra a Julio, mejor deja las cosas como están,…
-Pantaleón: Ya está decidido Apolonia.
-Apolonia: Entonces, si Julio le hace algo a la guitarra, la desaparece, la vende, o lo que sea, ¡júrame que lo castigarás!
-Pantaleón: Pero…
-Apolonia: ¿A que le temes?... si tienes la seguridad de que el no hará nada más que aprender a tocarla.
-Pantaleón: ¡Te lo juro! ¡Verás que el cuidará ésta guitarra tanto como yo!
-Apolonia: Okey, hazlo, pero después no vengas a decirme que tenía razón.
Pantaleón sale a la sala y le entrega la guitarra a Julio,… Julio se pone feliz y guarda la guitarra en su habitación, prometiendo aprender a tocarla.
Dos días después…
Int. / Casa de Pantaleón, habitación de Pepe / Noche
Es casi la media noche… todos duermen a excepción de Apolonia, que ha despertado a Pepe mientras Pantaleón y Julio duermen plácidamente en sus respectivas habitaciones…
-Apolonia: Tienes que hacer lo que te dije hace dos días…
-Pepe: ¿Sacar la guitarra de la habitación de Julio?
-Apolonia: Shittt… habla más pasito… y sí, quiero que saques esa guitarra…
-Pepe: ¿Y porque no lo haces tú?
-Apolonia: Si me demoro un poco más, Pantaleón se enterará que no estoy en la cama…. Vamos, apresúrate…
-Pepe: ¿Pero, para qué es esto?
-Apolonia: Es una sorpresa que le tengo a tu hermanito…
-Pepe: Okey, ¿la saco y donde la dejo?
-Apolonia: La dejas en la cocina, debajo del mesón. (Regresando a la cama junto a Pantaleón)
Pepe, sin entender para que quiere Apolonia la guitarra fuera del cuarto de Julio, creyendo en lo de la sorpresa, entra sigilosamente a la habitación de Julio y sin que éste se diese cuenta la saca y la deja bajo el mesón de la cocina.
Al otro día….
Int. / Casa de Pantaleón / día
Apolonia antes que salga el sol llega rápidamente a la cocina y se deshace de la guitarra.
Horas después…
Es hora de desayunar, y la mesa ya está servida.
-Pepe (Bebiendo Chaquamirshqui): Que rico está este Chaquamirshqui (bebida dulce Jugo que se saca de la savia fermentada del cogollo del Cabuyo – Cabuyo es una planta)
-Julio: Si, está delicioso.
-Pantaleón: Lastima que no tenga radio, para escuchar las noticias, o música.
-Apolonia (Cínica): Eso no es problema… Julio… porque no traes la guitarra y nos cantas algo…
-Pantaleon (Sorprendido): ¿Quieres que Julio cante?
-Apolonia: Claro, quiero que nos toque algo en la guitarra especial.
-Julio: Aun no se tocar guitarra.
-Apolonia: Entonces que tu padre la toque… y tú nos cantas…
-Julio: De acuerdo (Va a su habitación)
-Pepe (Pensamiento: ¿Cuál será la sorpresa?)
-Julio (Regresando de la habitación): eh ehhh… (Nervioso) no encuentro la guitarra.
-Apolonia: Vaya, ¡ya la perdiste!
-Julio: ¡No es eso! ¡No la encuentro donde la dejé!
-Pantaleón: ¡Que pasó con la guitarra! ¡Julio! ¡Sabes el valor sentimental de esa guitarra!
-Julio: Papá, te juro que no la boté… no sé dónde está.
-Pantaleón: Con lo que pasó con los zapatos me es difícil creerte hijo…
-Pepe (Queriendo decir que el sacó la guitarra): Pero…
-Apolonia: ¡CALLATE! ¡PEPE!
Pepe comprende que su madre lo ha engañado…
-Apolonia: Pantaleón, cumple lo que prometiste, ¡LO QUE JURASTE! Y no tanto porque haya sido un juramento o no, sino en el sentido de que ya van dos veces que Julio hace lo mismo, primero los zapatos, y ahora esto… ¡No puede quedarse así! ¡Debes escarmentarlo!
-Pantaleón (Triste): Tienes razón… Apolonia, tráeme el látigo de vaca.
-Julio (Nervioso): ¿El látigo?... ¿Para qué?
-Apolonia: Aquí está (Entregando el látigo)
-Pantaleón: Julio, con el dolor de mi alma debo hacer esto… no puedo perdonar que hayas desaparecido la guitarra… ¿La vendiste?... ¿la cambiaste para poder entrar a la cantina de Toapánta?
-Julio: Pero si desde que Gardel murió no voy a ese lugar…
-Apolonia: ¡No le creas! Pantaleón…
-Pantaleón (Triste): ¡Lo siento! ¡Hijo! (Pegándole con el látigo a Julio)
-Julio (Recibiendo los latigazos): ah ahhhh ya (llanto) para (llanto) yaaaa (recibiendo latigazos)
-Pantaleón (Dándole látigo): ¡Lo siento Julio! ¡Debes aprender a valorar las cosas!
-Julio: ahhhh
-Pepe (A punto de estallar): ¡Papa!
-Apolonia (Acercándose a Pepe): ¡Tú te callas! (Mirando complaciente como Pantaleón castiga a Julio)
CONTINUARA…
Rafa Entertainment Presenta:
El Ruiseñor de América Episodio 002
Entrada:
El Ruiseñor de América Episodio 002
Entrada:
-Pantaleón: ¡Dios mío! Son los picaros… ¡Los niños!
-Pepe ¡JULIOOO!
Los Picaros, un grupo guerrillero toma la ciudad, peleando contra el ejército de Guayaquil.
Los picaros quieren que el gobierno de Ecuador cedan las tierras cerca del océano Pacifico para Perú.
-Pepe (En medio de la balacera): ¡Julioooooooooooo!
-Pantaleón (Tomando a Pepe): ¡Guarda silencio! (Gritándole a Julio): ¡Échate al suelo! ¡Échate!
-Julio (Tirándose al suelo): ahhhhhhhh
Los picaros se van y los chicos se salvan de una tragedia.
-Pantaleón (Reprendiendo a Julio): ¡No vuelvas a hacerme esto! ¡No quiero perder otro hijo!
-Julio: Si papá,… perdóname.
-Pepe: ¿Estas bien?... Julio… ¡Como se te ocurre salirte así a la calle! ¿No ves los peligros? ¡Me tienes cabreado! (Cabreado es Enojado)
-Julio: Ya no te cabrees más, más bien entremos al hospital.
-Pantaleón (Triste): más bien acompáñenme a la capilla, a hablar con el sacerdote para el funeral y sepelio de Daniela.
Int. / Capilla, sala comunal / día
Pantaleón dialoga con el sacerdote, mientras Pepe y Julio escuchan tras la puerta.
-Pantaleón: Pero… ¿Cómo así que no puede dejar que entierre a mi hija en el cementerio central? ¡Patucho!
-Sacerdote: No hay necesidad de que me ofenda… no tiene por qué burlarse de mi estatura… ¡Respete a los hijos de Dios! (Patucho significa enano)
-Pantaleón: No me burlo, es la verdad, y es poco a lo que se merece que le diga… (Llorando) ¿Acaso no ve mi sufrimiento?... ¡Le estoy diciendo que conseguiré trabajo para pagarle después los gastos fúnebres y el ataúd! ¡Y poderla enterrar en el cementerio! ¡Por favor!
-Sacerdote: Un anciano que no tiene ni para calzar a su hijo no tiene moral ni derecho para pedirme algo fiado.
-Pantaleón: Usted no parece un sacerdote… ¡Es solo una niña! ¡Es solo un bebé!
-Sacerdote: Por eso mismo, porque más bien no la tira en la cloaca donde nació
-Pantaleón (Cabreado): ¡Venga acá! (Agarrándolo del cuello) ¡REPITA LO QUE DIJO! ¡REPITALO!
Julio y Pepe entran a detener a su padre.
-Julio: ¡Papá! ¡Suéltalo! ¡Es un sacerdote!
-Pepe: Suéltalo, papá.
-Pantaleón (Soltando al sacerdote): ¡Se acordara de mí al decirle que el mismo Dios, el mismo Dios del cielo le tomará cuenta de esto que acaba de hacer! (Se va con sus hijos)
GUAYAQUIL – NOCHE
Sin otra alternativa, Pantaleón sepulta a su hija en el patio de su casa, ante la mirada triste de Apolonia, Pepe y Julio. Apolonia no desaprovecha ninguna oportunidad para culpar a su hijo mientras Pantaleón no está. Pantaleón se encuentra en su habitación.
En el patio…
-Apolonia: ¿Qué haces ahí?... levántate Julio.
-Julio (Levantándose): Estaba orando por el alma de Danielita…
-Apolonia: Eso quiere decir que tu asquerosa conciencia te está atormentando
-Pepe (Asombrado por las palabras de Apolonia): ¿Mamá? ¿Por qué le dices esas palabras a Julio?
-Apolonia: Tu tranquilo Pepe, tu aun sigues en el camino del bien.
-Julio: Mejor voy con mi padre…
-Apolonia: ¡Hazlo! ¡Vete! ¡Él te acolita todo! ¡Vamos a ver si él puede hacer que Dios te perdone por la muerte de Daniela!
-Julio: ¡Yo no soy culpable de la muerte de Daniela!
-Apolonia: ¡No me alces la voz! Si no fuera por esos zapatos fuéramos comprado la medicina que necesitaba mi hija… ¡Y para colmo cambias los zapatos por unas entradas a ver a Gardel que ahora debe estar revolcándose en el infierno como se merece por inducir a niños como tú a esa oscura música!
-Julio (Gritos): ¡Ah! ¡No aguanto más! (Tratando de irse)
En eso Pantaleón con guitarra en mano entra al patio…
-Apolonia: ¡No puede ser! ¡Sacaste esa guitarra de donde la había escondido!
-Pantaleón: Es mi guitarra y puedo hacer lo que quiera con ella.
-Apolonia: ¿Ven lo que digo?... ¡La música es para rebeldes! ¡Lo demostraste tratando de esa manera al sacerdote!
-Pantaleón: Déjame en paz Apolonia… ¡Tocaré para mi hija!
-Apolonia: ¡No te atrevas! ¡No lo voy a permitir!
Pantaleón se sienta al lado de la tumba de Daniela, y mientras afina la guitarra invita a Pepe y a Julio a sentarse a su lado,… Julio va sin titubear pero Pepe retrocede ante la fulminante mirada de Apolonia.
-Apolonia (A Pepe): Entremos, Pepe,… déjalos solos.
-Pepe (Confundido): ¿Por qué? Mamá
-Apolonia: Espero que tú no me decepciones y te conviertas en un gran abogado, ingeniero o político… ese es el futuro de cualquier niño de este país, porque la música solo es para vagos y rebeldes…
-Pepe: ¿Tú crees eso?
-Apolonia: Claro,… o dime el primer músico y cantante ecuatoriano que sea alguien en el mundo…
-Pepe: Eh… eh…
-Apolonia: ¿Ves? Mejor encendamos las velas, sabes que somos provincianos, no tenemos para pagar energía electrica (Entrando con Pepe a la casa)
-Pantaleón (llorando): Te sabes “Espérame en el cielo” de Pedro Vargas.
- Julio: Si, papá.
-Pantaleón: Entonémosla para tu hermanita, que ahora en el cielo.
-Julio: Vamos.
-Pantaleón (Iniciando los acordes): Para ti mi Daniela, te me fuiste temprano y (A Julio), Julio, hijo mío, le ruego a Dios que tú nunca sufras un dolor así.
Ambos comienzan a entonar la canción y Pantaleón tocando la guitarra.
-Pantaleón: Espérame en el cielo corazón, si es que te vas primero… espérame que pronto yo me iré allí donde tu estés. ♫ ♫ ♫
-Julio: Espérame en el cielo corazón, si es que te vas primero… espérame que pronto yo me iré para empezar de nuevo. ♪ ♪ ♪
-Pantaleón: Nuestro amor es tan grande y tan grande que nunca termina ♪ ♪
-Julio: Y esta vida es tan corta y no basta… para nuestro idilio… ♫ ♫ ♫ (Dejando de cantar atragantado por el llanto)
-Pantaleón: Por eso yo te pido una vez más, me esperes en el cielo… y allí entre nubes de algodón haremos nuestro nido… espérame en el cielo… ♫ ♫ ♫ corazooooooooon ♪ ♪ ♪ (Rompiendo en llanto)
-Julio: Entremos Papá, se aproxima la lluvia.
-Pantaleón: Entra si quieres… seguiré un rato más aquí… vamos, entra que ya se vino la lluvia.
-Julio: No me iré sin ti (Abrazando a su padre)
Pantaleón continua cantando mientras la lluvia moja todo a su paso.
Dos semanas después…
Int. / casa de Pantaleón / día
Alguien toca a la puerta…
-Pantaleón (Abriendo la puerta): ¿Hola?... ah, es usted, profesora.
Efectivamente es Lucínda, maestra de Julio, acompañada de su hija Odalína, de la misma edad de Julio.
-Lucínda: Que tal, señor Jaramillo (Estrechando la mano hacia Pantaleón)
-Pantaleón (Besando la mano de Lucínda): ¿Cómo está señora Lucínda?
-Lucínda: Usted siempre tan caballero…
-Pantaleón: Muchas gracias… aunque creo saber el motivo de su presencia en mi casa.
-Lucínda: así es, es sobre Julio, lleva días sin ir a la escuela, ¿Aun es por los zapatos?
-Odalína: mama, vámonos de aquí… ¡Huele feo!
-Lucínda: ¡Odalína!
-Pantaleón: Si, por los zapatos, y él dice que en la escuela se burlan de él… ¡No quiere volver!
-Julio (Saliendo de su habitación): ¿Profesora?... (Mirando a Odalína) ¿Y esta creída quién es?
-Odalína: ¿Creída?
-Lucínda: Es mi hija, Odalína…
-Julio: ¿Odalína?... que nombre…
-Odalína: Mamá, ¡ese niño me molesta!
-Lucínda: Bueno, señor Jaramillo, solo quería informarle que puedo ayudarle a conseguir trabajo… mi padre fabrica cruces para las tumbas,… cuando quiera puede venir a la escuela y le cuento con más detalle (Se va con su hija)
-Pantaleón: Julio, espérame aquí, te tengo una sorpresa.
-Julio: ¿Una sorpresa?... ¿Para mí?
Pantaleón entra a su cuarto y encuentra a Apolonia…
-Pantaleón: Oye, Apolonia… ¿Has visto mi guitarra?... siempre la dejo aquí en esta mesita…
-Apolonia: No… no la he visto…
-Pantaleón: Umm, no te creo… ¡La escondiste nuevamente!
-Apolonia (Entregándole la guitarra): ¿Qué vas a hacer con ella? ¡La vas a botar por fin!
-Pantaleón: Se la voy a regalar a Julio… sabes que le gusta la música.
-Apolonia (Risas): Pero si regalársela a Julio es lo mismo o incluso peor que tirarla a la basura… ¿No ves lo que hizo con los zapatos?
-Pantaleón: Esta guitarra es muy valiosa para mí, la tengo desde mi juventud…
-Apolonia: Y con ella fracasaste también…
-Pantaleón: Ese no es el punto. El punto es que esta guitarra es mi vida, y él lo sabe, no creo que el haga lo mismo que con los zapatos.
-Apolonia: No quiero que le regales la guitarra a Julio, mejor deja las cosas como están,…
-Pantaleón: Ya está decidido Apolonia.
-Apolonia: Entonces, si Julio le hace algo a la guitarra, la desaparece, la vende, o lo que sea, ¡júrame que lo castigarás!
-Pantaleón: Pero…
-Apolonia: ¿A que le temes?... si tienes la seguridad de que el no hará nada más que aprender a tocarla.
-Pantaleón: ¡Te lo juro! ¡Verás que el cuidará ésta guitarra tanto como yo!
-Apolonia: Okey, hazlo, pero después no vengas a decirme que tenía razón.
Pantaleón sale a la sala y le entrega la guitarra a Julio,… Julio se pone feliz y guarda la guitarra en su habitación, prometiendo aprender a tocarla.
Dos días después…
Int. / Casa de Pantaleón, habitación de Pepe / Noche
Es casi la media noche… todos duermen a excepción de Apolonia, que ha despertado a Pepe mientras Pantaleón y Julio duermen plácidamente en sus respectivas habitaciones…
-Apolonia: Tienes que hacer lo que te dije hace dos días…
-Pepe: ¿Sacar la guitarra de la habitación de Julio?
-Apolonia: Shittt… habla más pasito… y sí, quiero que saques esa guitarra…
-Pepe: ¿Y porque no lo haces tú?
-Apolonia: Si me demoro un poco más, Pantaleón se enterará que no estoy en la cama…. Vamos, apresúrate…
-Pepe: ¿Pero, para qué es esto?
-Apolonia: Es una sorpresa que le tengo a tu hermanito…
-Pepe: Okey, ¿la saco y donde la dejo?
-Apolonia: La dejas en la cocina, debajo del mesón. (Regresando a la cama junto a Pantaleón)
Pepe, sin entender para que quiere Apolonia la guitarra fuera del cuarto de Julio, creyendo en lo de la sorpresa, entra sigilosamente a la habitación de Julio y sin que éste se diese cuenta la saca y la deja bajo el mesón de la cocina.
Al otro día….
Int. / Casa de Pantaleón / día
Apolonia antes que salga el sol llega rápidamente a la cocina y se deshace de la guitarra.
Horas después…
Es hora de desayunar, y la mesa ya está servida.
-Pepe (Bebiendo Chaquamirshqui): Que rico está este Chaquamirshqui (bebida dulce Jugo que se saca de la savia fermentada del cogollo del Cabuyo – Cabuyo es una planta)
-Julio: Si, está delicioso.
-Pantaleón: Lastima que no tenga radio, para escuchar las noticias, o música.
-Apolonia (Cínica): Eso no es problema… Julio… porque no traes la guitarra y nos cantas algo…
-Pantaleon (Sorprendido): ¿Quieres que Julio cante?
-Apolonia: Claro, quiero que nos toque algo en la guitarra especial.
-Julio: Aun no se tocar guitarra.
-Apolonia: Entonces que tu padre la toque… y tú nos cantas…
-Julio: De acuerdo (Va a su habitación)
-Pepe (Pensamiento: ¿Cuál será la sorpresa?)
-Julio (Regresando de la habitación): eh ehhh… (Nervioso) no encuentro la guitarra.
-Apolonia: Vaya, ¡ya la perdiste!
-Julio: ¡No es eso! ¡No la encuentro donde la dejé!
-Pantaleón: ¡Que pasó con la guitarra! ¡Julio! ¡Sabes el valor sentimental de esa guitarra!
-Julio: Papá, te juro que no la boté… no sé dónde está.
-Pantaleón: Con lo que pasó con los zapatos me es difícil creerte hijo…
-Pepe (Queriendo decir que el sacó la guitarra): Pero…
-Apolonia: ¡CALLATE! ¡PEPE!
Pepe comprende que su madre lo ha engañado…
-Apolonia: Pantaleón, cumple lo que prometiste, ¡LO QUE JURASTE! Y no tanto porque haya sido un juramento o no, sino en el sentido de que ya van dos veces que Julio hace lo mismo, primero los zapatos, y ahora esto… ¡No puede quedarse así! ¡Debes escarmentarlo!
-Pantaleón (Triste): Tienes razón… Apolonia, tráeme el látigo de vaca.
-Julio (Nervioso): ¿El látigo?... ¿Para qué?
-Apolonia: Aquí está (Entregando el látigo)
-Pantaleón: Julio, con el dolor de mi alma debo hacer esto… no puedo perdonar que hayas desaparecido la guitarra… ¿La vendiste?... ¿la cambiaste para poder entrar a la cantina de Toapánta?
-Julio: Pero si desde que Gardel murió no voy a ese lugar…
-Apolonia: ¡No le creas! Pantaleón…
-Pantaleón (Triste): ¡Lo siento! ¡Hijo! (Pegándole con el látigo a Julio)
-Julio (Recibiendo los latigazos): ah ahhhh ya (llanto) para (llanto) yaaaa (recibiendo latigazos)
-Pantaleón (Dándole látigo): ¡Lo siento Julio! ¡Debes aprender a valorar las cosas!
-Julio: ahhhh
-Pepe (A punto de estallar): ¡Papa!
-Apolonia (Acercándose a Pepe): ¡Tú te callas! (Mirando complaciente como Pantaleón castiga a Julio)
CONTINUARA…
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