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El Ruiseñor De América - Episodio 005
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El Ruiseñor De América - Episodio 005
La siguiente es una Foronovela inspirada en la obra, música y algunos aspectos de la vida del cantante Ecuatoriano Julio Jaramillo, siendo modificados momentos y fechas para enriquecer la historia y moldearla al genero de foronovelas.
De repente se oye mucho ruido en la ciudad…
-Lucínda: ¿Qué es eso?
-Pantaleon: Suena como disparos…
-Lucínda (Viendo como los picaros se acercan): ¡Al suelo! ¡Son los picaros! ¡Se han tomado la ciudad!
De repente se ven invadido por los Picaros… uno de los guerrilleros le dice a Lucínda, Pantaleón y Apolonia que se metan dentro de la fábrica si no quieren salir heridos, algo que ellos hacen de inmediato.
Toda la gente se encierra en sus casas, los estudiantes se refugian bajo los pupitres…
Int. / Casa Jaramillo / día
Julio intenta moverse, ya que un extraño humo invade su habitación, y el humo proviene del fuego que propinó una de las veladoras que Apolonia le colocó a la santa…
-Julio (Tratando de moverse): umm urggg uummm
El fuego va en crecimiento, y como todos están refugiados en sus casas por el enfrentamiento entre los picaros y los guerrilleros ecuatorianos, no hay nadie que pueda auxiliar a Julio.
Lucínda, Apolonia y Pantaleón siguen refugiados dentro de la Fabrica donde trabaja Pantaleón, los tres en el suelo, y cubriendo sus cabezas para no ser impactados por las balas, producto del enfrentamiento entre los Picaros y los guerrilleros ecuatorianos.
-Pantaleón (a Apolonia): ¡Porque no le dices a tu Santa que nos salve!
-Apolonia: ¡Ella no trata con adúlteros! (Piensa que Lucínda y Pantaleón tienen una relación)
-Pantaleón (Teniendo un presentimiento): Dios mío… ¡Julio está solo en casa! ¡LO DEJASTE SOLO, APOLONIA!
-Apolonia: hay Dios mío (Cayendo en cuenta) ¡ES VERDAD!
-Pantaleón (Levantándose): ¡Tengo que llegar a casa!
-Lucínda: ¡Voy contigo!
Mientras tanto…
Int. / Casa Jaramillo, Habitación de Julio / día
Julio, impotente, solo puede ver como las llamas se acercan a él, no hay ayuda, no hay esperanza, no hay nadie que pueda salvarlo de una inminente muerte…
Las llamas devoran todo a su paso, lo poco que poseían los Jaramillo se están reduciendo a cenizas.
-Julio (Tratando de moverse): aha ahhhhhhhhhhhhh (Gruñidos) ahhh r haaaaaaa (llorando) haaaaaaaaaaa (Tratando sin éxito de mover sus pies) aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh (Sintiendo las llamas debajo de su cama) !!!!!!!!!!!!!!
Minutos más tarde
El enfrentamiento pasó… esto ya se ha vuelto costumbre, los pobladores de Guayaquil sin pensarlo se ven sorprendidos en medio de un enfrentamiento por tierras cerca de la cuenca del Amazonas y la cordillera de los Andes. Los vecinos salen de sus casas y se enteran del incendio, pero ya era demasiado tarde.
Pantaleón, Apolonia y Lucínda llegan al barrio y Pantaleón se queda petrificado al ver su casa reducida en cenizas…
-Pantaleón (Respirando agitado): Esto… esto… esto… ¡ESTO NO PUEDE ESTAR OCURRIENDO!
-Lucínda: Dios mío… ¡No puede ser! ¡Dios mío!
-Pantaleón (GRITOS): ¡Julio! (Buscando entre las cenizas) (Llorando): Julio… ¡JULIOOOOOOOOOOO! (Tembloroso)
-Lucínda: No perdamos la fe, Pantaleón…
-Pantaleón (Mirando los restos de su casa): ¿Dónde está Julio?... (Tocando su cabeza) ¡DIOS MIO NOOOOOOOOOOOOO! (Arrodillándose en las cenizas) no… nooooo (Empuñando ceniza en sus manos) ¡Nooooo!
-Apolonia (Buscando a la santa): ¿Dónde está?... ¿Dónde está la santa?
-Pantaleón (Llenándose de ira): ¡Acabas de ver que nuestro hijo probablemente haya muerto y lo que te importa es buscar a esa maldita estatua! (Ahorcando a Apolonia) ¡ME TIENES HARTO! ¡HARTOOOOOOOOOOOO!
-Lucínda (Tratando de detener a Pantaleón): ¡Dios mío! ¡Pantaleón! ¡Suéltala! ¡La vas a matar! ¡LA VAS A MATAR!
-Pantaleón: ¡Suéltame! ¡Lucínda! ¡ES DETESTABLE LA FALTA DE SENTIMIENTOS DE ESTA MUJER!
-Apolonia: ¡Suéltame! (Tosiendo) ¡Sueltameeeeeeeeeeeeee!
Los vecinos logran zafar a Pantaleón de Apolonia…
-Pantaleón: ¡Suéltenme!
De repente, un vecino aparece con Julio en sus brazos…
-Pantaleón (Mirando a Julio): ¡Juliooooooooooo! (Como si se le volviese el alma al cuerpo) ¡Julio! ¡Estás bien!
-Vecino: Logré sacarlo antes que las llamas acabaran con todo… no pude salvar nada más…
-Pantaleón: Con mi hijo es más que suficiente, no me interesa lo material.
-Lucínda: ¿Qué van a hacer ahora? ¿En dónde se van a quedar?
-Pantaleón: No lo sé.
-Lucínda: Si quieren puede quedarse en mi casa, hay mucho espacio.
-Apolonia: ¡Eso jamás! ¡No dormiré en la casa de mi enemiga!
-Lucínda: No soy su enemiga, señora.
-Pantaleón: Apolonia, aceptemos la ayuda de Lucínda, será temporal,... con mi empleo podremos rentar una casa después…
Y así lo hicieron, aunque Apolonia no estuvo de acuerdo, se mudaron a casa de Lucínda, con la ropa que tenía puesta.
Semanas después…
Es domingo… todos disfrutan del día libre, menos Pantaleón, que le gusta mucho trabajar y aún está en la fábrica, haciendo cruces…
Int. / Casa de Lucínda, salón principal / día
Toapanta habla con su hija Lucínda…
-Toapanta: Estoy muy orgulloso de ti, refugiar aquí a la familia Jaramillo fue un acto muy noble de tu parte.
-Lucínda: Muchas gracias, Papá.
-Toapanta: Ahora no se siente tan sola esta casa…
-Lucínda: Así es, (Risas)
-Toapanta: Pero hay algo que me preocupa.
-Lucínda: Sobre que…
-Toapanta: Lo que pasa es que en la calle se comenta, la gente comenta que tú y el señor Jaramillo,… eh… que tú y él se entienden, y tú sabes que él es casado, y su esposa e hijos viven ahora en esta casa.
-Lucínda: No hagas caso a los comentarios padre, más bien iré hasta la fábrica a decirle que descanse… ¡Mantiene de día y de noche en la fábrica! (Se va)
Lucínda va rumbo a la fábrica y Apolonia la sigue…
Lucínda llega a la Fábrica y se encuentra con Pantaleón mientras Apolonia los ve desde una rendija, a las afueras de la fábrica.
-Lucínda: Hola.
-Pantaleón (Muy galante): Hola, Lucínda… que bueno tenerte aquí
-Lucínda: Y eso, ¿Por qué?
-Pantaleón: Quería compartir mi felicidad contigo. ¡PUDE COMPRARLE UN PAR DE ZAPATOS PARA JULIO!
-Lucínda: Con el primer sueldo…
-Pantaleón: Tú me ayudaste con ropa, y pues yo le compre los zapatos a Julio, para que pueda regresar a la escuela. ¡Se los daré cuando pueda levantarse de la cama! (Con los zapatos en mano)
-Lucínda: Pantaleón, regresemos a casa, necesitas descansar.
-Pantaleón: Al rato voy, es que estoy terminando una cruz para la tumba de mi hija, en el patio de mi casa destruida.
-Lucínda: Entonces, te espero en casa.
-Pantaleón (Acercándose a Lucínda): Gracias por comprender… la verdad, lamento mucho que no hayas aparecido en mi vida antes… (Besando a Lucínda)
-Lucínda (Correspondiéndole): Lo mismo digo… te quiero mucho Pantaleón, pero esto no debe ser.
-Apolonia (Mirando a Lucínda y Pantaleón – Pensamiento: ¡Pecadores! ¡Inmorales!) (Se va)
-Lucínda: Te espero en casa (Se va)
-Pantaleón: En un par de horas voy.
Int. / Casa de Lucínda, Habitación de Apolonia / día
Son casi las cinco de la tarde, Apolonia llega de la fábrica y se encierra en lo que ahora es su habitación, en casa de Lucínda, y empieza a rezarle a una nueva estatua de su santa, que le dio el sacerdote. Esta es la tercera estatua que tiene, la primera la destruyó Pantaleón, la segunda se quemó en el fuego.
-Lucínda (a La santa): Vengo a implorarte, oh señora mía, que le des el castigo que merecen, los adúlteros y pecadores Lucínda y Pantaleón, que sufran peor de lo que yo estoy sufriendo ahora… ¡QUE SUFRAN! ¡MALDICELOS, SANTA! ¡MALDICELOS! ¡Tienes que purificarlos! ¡Pero maldícelos para que lleven esta carga por siempre!
Por otro lado, en la habitación de Julio…
Pepe y Odalína contemplan a Julio, que se encuentra acostado en la cama, con los ojos abiertos…
-Odalína (Preocupada por Julio): Julio da miedo…
-Pepe: Si, mucho miedo…
-Odalína: Míralo, está sudando… (Secándole el sudor a Julio)
-Pepe: ey… tú quieres a Julio…
-Odalína (Apenada): noooo, solo estoy secándole el sudor…
-Julio: Así es, solo me está secando el sudor…
-Pepe: ¡HABLASTE! ¡JULIO! ¡HABLASTE!
-Julio: ¡Sí! ¡Hablé! (Cayendo en cuenta que acaba de salir de la parálisis) ey… ¡si! ¡YA PUEDO HABLAR! ¡YA PUEDO HABLAR! ¡QUIERO VER A MI PAPÁ!
-Odalína: Cálmate, está en la fábrica…
-Julio: ¿En cuál fabrica?
-Odalína: Si quieres te llevo…
-Julio: ¡Vamos! ¡De una vez!
Pepe corre a avisarle a Apolonia, pero se encuentra con la puerta de la habitación de su madre cerrada.
Vemos simultáneamente que mientras Apolonia le reza a su santa, algo terrible le sucede a Pantaleón…
Int. /Fabrica/ 6 pm
Pantaleón logró terminar la cruz, pero debe dejarla secar, toma los zapatos nuevos para Julio y cuando intentaba cerrar la puerta de la fábrica le cae encima una de las viejas y pesadísimas máquinas mezcladoras de cemento que estaba muy arriba, quedando retorcido debajo de la máquina , quedando afuera su cabeza y los zapatos en sus manos.
-Pantaleón: ah… ahhhhhhhhhhhhh (Saliéndole sangre por la boca) ¡AHHHHHHHHHHHH!
CONTINUARA…[/i]
Rafa Entertainment Presenta:
El Ruiseñor de América Episodio 005
Entrada:
El Ruiseñor de América Episodio 005
Entrada:
De repente se oye mucho ruido en la ciudad…
-Lucínda: ¿Qué es eso?
-Pantaleon: Suena como disparos…
-Lucínda (Viendo como los picaros se acercan): ¡Al suelo! ¡Son los picaros! ¡Se han tomado la ciudad!
De repente se ven invadido por los Picaros… uno de los guerrilleros le dice a Lucínda, Pantaleón y Apolonia que se metan dentro de la fábrica si no quieren salir heridos, algo que ellos hacen de inmediato.
Toda la gente se encierra en sus casas, los estudiantes se refugian bajo los pupitres…
Int. / Casa Jaramillo / día
Julio intenta moverse, ya que un extraño humo invade su habitación, y el humo proviene del fuego que propinó una de las veladoras que Apolonia le colocó a la santa…
-Julio (Tratando de moverse): umm urggg uummm
El fuego va en crecimiento, y como todos están refugiados en sus casas por el enfrentamiento entre los picaros y los guerrilleros ecuatorianos, no hay nadie que pueda auxiliar a Julio.
Lucínda, Apolonia y Pantaleón siguen refugiados dentro de la Fabrica donde trabaja Pantaleón, los tres en el suelo, y cubriendo sus cabezas para no ser impactados por las balas, producto del enfrentamiento entre los Picaros y los guerrilleros ecuatorianos.
-Pantaleón (a Apolonia): ¡Porque no le dices a tu Santa que nos salve!
-Apolonia: ¡Ella no trata con adúlteros! (Piensa que Lucínda y Pantaleón tienen una relación)
-Pantaleón (Teniendo un presentimiento): Dios mío… ¡Julio está solo en casa! ¡LO DEJASTE SOLO, APOLONIA!
-Apolonia: hay Dios mío (Cayendo en cuenta) ¡ES VERDAD!
-Pantaleón (Levantándose): ¡Tengo que llegar a casa!
-Lucínda: ¡Voy contigo!
Mientras tanto…
Int. / Casa Jaramillo, Habitación de Julio / día
Julio, impotente, solo puede ver como las llamas se acercan a él, no hay ayuda, no hay esperanza, no hay nadie que pueda salvarlo de una inminente muerte…
Las llamas devoran todo a su paso, lo poco que poseían los Jaramillo se están reduciendo a cenizas.
-Julio (Tratando de moverse): aha ahhhhhhhhhhhhh (Gruñidos) ahhh r haaaaaaa (llorando) haaaaaaaaaaa (Tratando sin éxito de mover sus pies) aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh (Sintiendo las llamas debajo de su cama) !!!!!!!!!!!!!!
Minutos más tarde
El enfrentamiento pasó… esto ya se ha vuelto costumbre, los pobladores de Guayaquil sin pensarlo se ven sorprendidos en medio de un enfrentamiento por tierras cerca de la cuenca del Amazonas y la cordillera de los Andes. Los vecinos salen de sus casas y se enteran del incendio, pero ya era demasiado tarde.
Pantaleón, Apolonia y Lucínda llegan al barrio y Pantaleón se queda petrificado al ver su casa reducida en cenizas…
-Pantaleón (Respirando agitado): Esto… esto… esto… ¡ESTO NO PUEDE ESTAR OCURRIENDO!
-Lucínda: Dios mío… ¡No puede ser! ¡Dios mío!
-Pantaleón (GRITOS): ¡Julio! (Buscando entre las cenizas) (Llorando): Julio… ¡JULIOOOOOOOOOOO! (Tembloroso)
-Lucínda: No perdamos la fe, Pantaleón…
-Pantaleón (Mirando los restos de su casa): ¿Dónde está Julio?... (Tocando su cabeza) ¡DIOS MIO NOOOOOOOOOOOOO! (Arrodillándose en las cenizas) no… nooooo (Empuñando ceniza en sus manos) ¡Nooooo!
-Apolonia (Buscando a la santa): ¿Dónde está?... ¿Dónde está la santa?
-Pantaleón (Llenándose de ira): ¡Acabas de ver que nuestro hijo probablemente haya muerto y lo que te importa es buscar a esa maldita estatua! (Ahorcando a Apolonia) ¡ME TIENES HARTO! ¡HARTOOOOOOOOOOOO!
-Lucínda (Tratando de detener a Pantaleón): ¡Dios mío! ¡Pantaleón! ¡Suéltala! ¡La vas a matar! ¡LA VAS A MATAR!
-Pantaleón: ¡Suéltame! ¡Lucínda! ¡ES DETESTABLE LA FALTA DE SENTIMIENTOS DE ESTA MUJER!
-Apolonia: ¡Suéltame! (Tosiendo) ¡Sueltameeeeeeeeeeeeee!
Los vecinos logran zafar a Pantaleón de Apolonia…
-Pantaleón: ¡Suéltenme!
De repente, un vecino aparece con Julio en sus brazos…
-Pantaleón (Mirando a Julio): ¡Juliooooooooooo! (Como si se le volviese el alma al cuerpo) ¡Julio! ¡Estás bien!
-Vecino: Logré sacarlo antes que las llamas acabaran con todo… no pude salvar nada más…
-Pantaleón: Con mi hijo es más que suficiente, no me interesa lo material.
-Lucínda: ¿Qué van a hacer ahora? ¿En dónde se van a quedar?
-Pantaleón: No lo sé.
-Lucínda: Si quieren puede quedarse en mi casa, hay mucho espacio.
-Apolonia: ¡Eso jamás! ¡No dormiré en la casa de mi enemiga!
-Lucínda: No soy su enemiga, señora.
-Pantaleón: Apolonia, aceptemos la ayuda de Lucínda, será temporal,... con mi empleo podremos rentar una casa después…
Y así lo hicieron, aunque Apolonia no estuvo de acuerdo, se mudaron a casa de Lucínda, con la ropa que tenía puesta.
Semanas después…
Es domingo… todos disfrutan del día libre, menos Pantaleón, que le gusta mucho trabajar y aún está en la fábrica, haciendo cruces…
Int. / Casa de Lucínda, salón principal / día
Toapanta habla con su hija Lucínda…
-Toapanta: Estoy muy orgulloso de ti, refugiar aquí a la familia Jaramillo fue un acto muy noble de tu parte.
-Lucínda: Muchas gracias, Papá.
-Toapanta: Ahora no se siente tan sola esta casa…
-Lucínda: Así es, (Risas)
-Toapanta: Pero hay algo que me preocupa.
-Lucínda: Sobre que…
-Toapanta: Lo que pasa es que en la calle se comenta, la gente comenta que tú y el señor Jaramillo,… eh… que tú y él se entienden, y tú sabes que él es casado, y su esposa e hijos viven ahora en esta casa.
-Lucínda: No hagas caso a los comentarios padre, más bien iré hasta la fábrica a decirle que descanse… ¡Mantiene de día y de noche en la fábrica! (Se va)
Lucínda va rumbo a la fábrica y Apolonia la sigue…
Lucínda llega a la Fábrica y se encuentra con Pantaleón mientras Apolonia los ve desde una rendija, a las afueras de la fábrica.
-Lucínda: Hola.
-Pantaleón (Muy galante): Hola, Lucínda… que bueno tenerte aquí
-Lucínda: Y eso, ¿Por qué?
-Pantaleón: Quería compartir mi felicidad contigo. ¡PUDE COMPRARLE UN PAR DE ZAPATOS PARA JULIO!
-Lucínda: Con el primer sueldo…
-Pantaleón: Tú me ayudaste con ropa, y pues yo le compre los zapatos a Julio, para que pueda regresar a la escuela. ¡Se los daré cuando pueda levantarse de la cama! (Con los zapatos en mano)
-Lucínda: Pantaleón, regresemos a casa, necesitas descansar.
-Pantaleón: Al rato voy, es que estoy terminando una cruz para la tumba de mi hija, en el patio de mi casa destruida.
-Lucínda: Entonces, te espero en casa.
-Pantaleón (Acercándose a Lucínda): Gracias por comprender… la verdad, lamento mucho que no hayas aparecido en mi vida antes… (Besando a Lucínda)
-Lucínda (Correspondiéndole): Lo mismo digo… te quiero mucho Pantaleón, pero esto no debe ser.
-Apolonia (Mirando a Lucínda y Pantaleón – Pensamiento: ¡Pecadores! ¡Inmorales!) (Se va)
-Lucínda: Te espero en casa (Se va)
-Pantaleón: En un par de horas voy.
Int. / Casa de Lucínda, Habitación de Apolonia / día
Son casi las cinco de la tarde, Apolonia llega de la fábrica y se encierra en lo que ahora es su habitación, en casa de Lucínda, y empieza a rezarle a una nueva estatua de su santa, que le dio el sacerdote. Esta es la tercera estatua que tiene, la primera la destruyó Pantaleón, la segunda se quemó en el fuego.
-Lucínda (a La santa): Vengo a implorarte, oh señora mía, que le des el castigo que merecen, los adúlteros y pecadores Lucínda y Pantaleón, que sufran peor de lo que yo estoy sufriendo ahora… ¡QUE SUFRAN! ¡MALDICELOS, SANTA! ¡MALDICELOS! ¡Tienes que purificarlos! ¡Pero maldícelos para que lleven esta carga por siempre!
Por otro lado, en la habitación de Julio…
Pepe y Odalína contemplan a Julio, que se encuentra acostado en la cama, con los ojos abiertos…
-Odalína (Preocupada por Julio): Julio da miedo…
-Pepe: Si, mucho miedo…
-Odalína: Míralo, está sudando… (Secándole el sudor a Julio)
-Pepe: ey… tú quieres a Julio…
-Odalína (Apenada): noooo, solo estoy secándole el sudor…
-Julio: Así es, solo me está secando el sudor…
-Pepe: ¡HABLASTE! ¡JULIO! ¡HABLASTE!
-Julio: ¡Sí! ¡Hablé! (Cayendo en cuenta que acaba de salir de la parálisis) ey… ¡si! ¡YA PUEDO HABLAR! ¡YA PUEDO HABLAR! ¡QUIERO VER A MI PAPÁ!
-Odalína: Cálmate, está en la fábrica…
-Julio: ¿En cuál fabrica?
-Odalína: Si quieres te llevo…
-Julio: ¡Vamos! ¡De una vez!
Pepe corre a avisarle a Apolonia, pero se encuentra con la puerta de la habitación de su madre cerrada.
Vemos simultáneamente que mientras Apolonia le reza a su santa, algo terrible le sucede a Pantaleón…
Int. /Fabrica/ 6 pm
Pantaleón logró terminar la cruz, pero debe dejarla secar, toma los zapatos nuevos para Julio y cuando intentaba cerrar la puerta de la fábrica le cae encima una de las viejas y pesadísimas máquinas mezcladoras de cemento que estaba muy arriba, quedando retorcido debajo de la máquina , quedando afuera su cabeza y los zapatos en sus manos.
-Pantaleón: ah… ahhhhhhhhhhhhh (Saliéndole sangre por la boca) ¡AHHHHHHHHHHHH!
CONTINUARA…[/i]
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